miércoles, 1 de agosto de 2007

Matrimonios Retrasados


Un nuevo proyecto de ley esta en las cabecitas de nuestros legisladores. Nada menos que aumentar la edad para que los jóvenes se casen. Hoy está en 16 años, mañana quieren 18 y pasado mañana seguramente 21 años. El diputado socialista Marcelo Díaz es el gestor de la brillante idea. Viéndola a vuelo de pájaro parece buena, los jóvenes dispondrán de dos años mas para pensar lo que hacen, por lo cual se reducirán los divorcios a futuro. Hasta ahí el “Sentido Común” de dicha iniciativa. Para justificar el proyecto dan estadísticas “atroces” del INE: 169 hombres contra 1.757 mujeres (entre 16 y 18 años) contrajeron nupcias el año pasado y de ellas 91 tenían menos de 15 años. .Alargando la exigencia de edad mínima el señor diputado piensa que se acortarán las diferencias entre las edades de hombres y mujeres. Lo dudo, las futuras esposas de 18 se casaran con hombres sobre 20 años de promedio. Nuestra sociedad, occidental, no ve con buenos ojos las parejas de mujeres mayores a los hombres, e incluso de la misma edad. En el pensamiento popular, el hombre es el Pater Familia, por lo cual debe ser mayor en años, se cree que con esto uno tiene la sabiduría y la otra la juventud para concebir un primogénito sano en un hogar estable. Esto descarta la premisa del diputado.El segundo propósito del diputado es evitar el divorcio, cual Merlín con bola de cristal la autoridad afirma que las niñas no serán buenas esposas a futuro. Pretencioso juicio por decir lo menos, a cualquier edad se divorcian las personas. Como en el fútbol, las predicciones sirven para muy poco. Las estadísticas expresan quién meterá más goles, lo malo es que no le ganamos ni a Venezuela en la cancha, mucho menos puedo creer predicciones matrimoniales de jóvenes con dos años menos o más.
El diputado con tantas cifras en su cabecita, se olvida de lo fundamental: el enamoramiento. Este sentimiento, que nace en la adolescencia y a muchos nos acompaña toda la vida, es una situación del alma que nubla los sentidos, entorpece el “sentido común” y hace que se actué en forma descontrolada. Ya no es posible vivir sin sentir a la persona amada.Las consecuencias de este estado son terribles, afortunadamente es pasajero. Luego, lo que queda es el amor.
Las estadísticas es bueno leerlas por ambos lados. El nacimiento, en Chile, de niños fuera de un matrimonio formal el año 2001 era del 50.5% (Fundación Chile Unido).Teniendo en cuenta el riesgo social de no tener una pareja estable, ya que ocasiona situaciones de mayor vulnerabilidad y pobreza en esos hogares con progenitor ausente, no se justifica impedir a estas jóvenes casarse a la edad que estimen conveniente.Sus parejas pueden ser encarcelados desde los 14 años, es decir vivirán o cohabitaran en dependencias del estado siendo niños.
Se puede discernir un delito a los 14 años, pero no se puede discernir una pareja a los 16 años. Raro los parámetros en que navegan los señores magistrados, quizás podrían organizar una comisión asesora en el parlamento para que estudie el tema.Yo les lanzo una idea gratis: Mejor enseñan en los Colegios y Liceos de este país educación sexual. Donde las niñas aprendan a exigir el uso de condones en sus parejas y sepan como insertarlos en los penes sin romperlos, con esto se terminan los embarazos no deseados. También al disfrutar su sexualidad conociéndose como pareja después de un mes quizás se digan adiós un gusto haber coincidido contigo, sin casarse, divorciarse o haber parido que es en definitiva la preocupación de la autoridad.
Legalizar el acotamiento del enamoramiento es en definitiva un esfuerzo inútil, banal y fatuo.

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