viernes, 19 de octubre de 2007

El Dólar, El Susto y Los Exportadores.


Hoy la divisa norteamericana bajo la barrera de los 500 pesos cerrando la jornada en $ 498.60 comprador y $ 498.90 vendedor. Desde 1999 no veíamos esto. Que susto.
Lo primero que se piensa cuando vemos estas cifras, es en el eterno lloriqueo de los exportadores. Como contestando el pensamiento primero su presidente, Ronald Bown, protestó formalmente porque esta situación: “pone en jaque la subsistencia del sector”. Sector que según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, creció un 47%, en el año 2006. Es de entender las quejas de los exportadores, con un dólar alto tendrán que disminuir sus ingresos o tratar de pagar menos a sus jornaleros. Estas personas que trabajan en los viñedos y campos chilenos siempre tienen que oír la misma excusa de sus patrones: “Con este dólar tan bajo no te puedo pagar mas, Iñor”.
Sin embargo podríamos pensar que los señores exportadores mejorarán los precios de venta adecuándolos a la realidad del sector. No creo que un importador europeo o estadounidense pusiera problemas por subir unos centavos de dólar el producto, para pagar más a los jornaleros. De hecho en la Comunidad Europea de Naciones no se ve con buenos ojos la explotación de los trabajadores manteniendo remuneraciones tercermundistas en los países que negocian con ellos. A los señores exportadores se les olvida que el 90% de los chilenos vive de las Pyme, que son empresas que no exportan sino todo lo contrario, importan. Un peso bajo beneficia a todos nosotros, la masa, pero perjudica al señor Bown y socios; no se por qué tenemos que aterrarnos y exigir el alza de la divisa.
Todos los medios de prensa aceitan sus engranajes desinformativos y claman por justicia social: Dólar bajo sinónimo de desempleo, dólar bajo sinónimo de pobreza. Con tratados de libre comercio con la mayoría de los países desarrollados veo con muy buenos ojos la llegada de productos a más bajo precio, con la contención inflacionaria de los mismos. Esto crea tiraje en las chimeneas de las Pyme, crea mas puestos de empleos y termina generando más riqueza. Si la Uva y las Manzanas sufren tanto con esto, tendrían que ver formulas de adecuarse a los nuevos tiempos, ojalá con un dólar en torno a los $ 400 pesos.
Con solo sentarse, esperar recojer la cosecha o lloriquearle al gobierno con la esperanza de obtener subsidios, este sector exportador nos demuestra su total perdida de competividad en un mundo tecnificado y globalizado como es el actual, quizás Bown podria llorar por no vivir en el siglo XX chileno o en el siglo XIX del resto del Mundo, para el caso es lo mismo.
Mención aparte merecen los lloriqueos de Luis Schmidt, presidente de la sociedad nacional de agricultura (SNA), quien advierte: “No resistimos mas, es un proceso largo y doloroso donde se ha ido paralizando la inversión”. Frente a la oportunidad de enviar las exportaciones a mercados donde la moneda no se ha depreciado, como Europa o Asía, expresa la descabellada opinión de: “Apenas aumentamos los envíos a estos mercados el precio cae” (La Tercera, Octubre 9 de 2007).
El gremio de exportadores es el único responsable de la situación en que se encuentran, por no haber previsto la baja de la divisa (no hay que ser muy clever) para tratar de afrontar el temporal cubiertos con un buen paraguas. Los dirigentes gremiales están para anticipar estas fluctuaciones de clima o mercado.
Con actitudes como esta cada vez se parecen más a otros dirigentes: Los Fonderos, que depués de cada 18 de Septiembre lloran a las autoridades con la esperanza de prolongar las fiestas patrias dos días mas, dando como justificación a la poca venta la lluvia caida. No hay un mea culpa, no hay una lección aprendida de errores cometidos, seguiran el próximo 18 vendiendo las mismas empanadas baratas pensando en estrujar a los clientes de turno vendiendo productos mediocres; sin entender que el Mercado moderno exige calidad sin importar el costo.

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